miércoles, 5 de agosto de 2015

Fin de semana de relax

Tengo la firme creencia de que todas las personas en algún momento tienen que desconectar de sus trabajos y ocupaciones rutinarias o de lo contrario se corre el riesgo de "quemarse". Esto se aplica con mayor razón a las personas cuyo oficio o afición esta basada en la imaginación como es el caso de diseñadores, artesanos, pintores... y un largo etcétera.

Y como no,  intento aplicarme esta norma a mi misma. Nuestros hijos nos regalaron un fin de semana en una casa rural con encanto en la celebración de nuestras bodas de plata y este pasado fin de semana fue el elegido para disfrutarlo.

Para empezar pronto el relax, elegimos un hotel que no estuviera a muchos kilómetros evitándonos así un largo trayecto en coche que siempre se hace pesado y mas con las temperaturas que estamos "disfrutando" estos días.

El hotel enoturismo Mainetes situado cerca de Fuente-Álamo en la provincia de Albacete, fue el seleccionado. Como os comente quería aprovechar y ver los dos encuentros que hacían en esta provincia pero en Ontur aunque habían puestos artesanales (en uno de ellos compramos cerveza especial con cereza) este año no había programado encuentro de bolillos y en Mahora lo hacían por la tarde y ya estábamos en casa. Pero tuvimos oportunidad de ver otras cosas, por ejemplo, en Ontur visitamos una exposición de bicicletas.

No imaginareis cuantos modelos habían reunido, claro que teniendo en cuenta que durante muchos años fue el medio de transporte mas practico, es normal. Aquí os dejo las fotografías que hice de esta exposición, seguro que alguna la recordáis de verla circulando por la calle.




Y nos dirigimos al hotel.

Esta en medio de viñas como no podría ser de otra manera y lo primero que me llamo la atención al entrar fue que cuidaban mucho los detalles. Las macetas estaban pintadas, cojines en el sillón, pequeños detalles en cada rincón, cuadros y muchísimas referencias al vino. Había una cristalera en el suelo del pasillo desde donde se podían apreciar unas tablillas de cerámica del siglo pasado decoradas con los pasos que se deben seguir en la crianza de un buen vino. Lamentablemente no salían bien las fotografías. 














Incluso las habitaciones tenían nombre de vino. La nuestra era la 4. Parellada.





La habitación decorada son sencillez y buen gusto era una perfecta armonía entre la modernidad con la combinación de colores y accesorios del baño y las lineas clásicas del resto de mobiliario. 

Al entrar nos llamo muchísimo la atención la escalera de caracol. Como podéis imaginar enseguida la bajamos para ver que había. ¿Que pensáis que encontramos abajo? Sorpresa... un sótano privado para disfrutar del frescor con una buena copa de vino.




¿No os parece un habitáculo muy original? Y la cara de satisfacción de mi marido lo dice todo, y mas cuando consiguió el mando de la televisión. 

Pero nosotros habíamos ido a ver cosas no a sentarnos delante de la televisión, así que nos fuimos al restaurante a ver que nos deparaba. Seguimos envueltos en el ambiente del vino... hasta el salva mantel nos lo recuerda.





Después de la comida y descansar un poco, nos decidimos por visitar la laguna de Pétrola. Creo que asustamos a las aves intentando hacernos el típico selfie porque entre que no se ve la pantalla del móvil, el viento y que se volaban los sombreros, eramos mas atracción turística nosotros que ellas.




Al volver nos vimos rodeados por un rebaño de ovejas guiadas por un pastor y un perro lobo, lobo de verdad, tenía un gran parecido al lobo que siempre dibujan en el cuento de "Caperucita roja"


No nos dio tiempo a disfrutar del spa y la gran oferta de masajes que ofrecía el hotel, solo nos bañamos en la piscina al aire libre y visitamos la granja.

A lo largo del camino hay sembradas hierbas aromáticas y un pozo de cuento. 




A mi marido no le gustan los animales, o eso dice él, porque la cabra se le hizo amiga enseguida y teníais que haberlo visto "hablando" con las ocas, bueno yo creo que eran gansos pero él asegura que son ocas, jajaaja Es de miedo.

 

El pavo real nos enseño sus plumas por delante y por detrás, que presumido.



Con el paseo y la cena termino nuestro día.

Por la mañana un buen desayuno con el que nos dimos cuenta que la comida es universal y aunque en cada zona tenemos nuestros platos típicos algunos han conseguido popularidad en otras zonas. ¿Por que digo esto? Porque almorzamos una de las cosas mas típicas de nuestro pueblo y comarca: coquetes fregides". Si no las habéis probado nunca os las recomiendo.

Cuando se viaja por Castilla-La Mancha, no es difícil imaginar a Don Quijote luchando contra los molinos, porque molinos hay muchísimos. Los antiguos molinos han sido sustituidos por los modernos para prooducir energía renovable, con los que por supuesto nos hicimos una fotografía.


Como no teníamos prisa entramos a ver el castillo prisión de Chinchilla. Hemos pasado muchas veces cerca pero nunca lo habíamos visto así que era un buen momento para hacerlo.

Desde luego es espectacular pero no se puede acceder al interior. Al mirar por una rendija nos pareció ver que estaba derruido por dentro pero eso no lo puedo garantizar






Otra señal informativa que pasamos a menudo es la del "Santuario de Belén" y como estábamos por ver cosas allí que nos dirigimos. Comimos allí mismo y nos dirigimos a casa sin parar.



En resumen fue un muy buen fin de semana. Aunque sea difícil de creer hacia menos calor que en casa, nos relajamos en un hotel maravilloso, visitamos la laguna y dos lugares que teníamos pendientes de visitar desde hacia tiempo: el castillo y el Santuario de Belén, y volvimos con las pilar recargadas... ¿que mas se puede pedir?











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